Marzo pasó más lento que nunca...
En definitiva, no me gustó.
Sentí mi corazón adolorido más veces de las que recuerdo, escribí mis sentimientos en un papel, y hasta él creo que se hartó de ellos.
Me ilusioné bastante, me desilusioné más.
Empezó el otoño y con ella tu ausencia se notó más, miles de planes surgieron para paliar eso, ninguno remontó resultados satisfactorios y tus acuarelas empezaron a despintarse solas...
Existieron momentos de gloria, cierto, que brillaron como una estrella por la noche, pero los monstruos que me habitan siempre me lo quieren hacer olvidar.
Tantas explicaciones de marzo están atascadas en mis labios, que empezamos Abril sobrecargados...
Quizás lo mejor sería dejar a marzo y sus días grises atrás, que la bruma se lleve sus explicaciones, y vivir Abril de nuevo, cuidando nuestro corazón, no debemos dejar que las ilusiones se hagan tan grandes, porque se derrumban fácilmente.
Seguimos en otoño, pero ya en el otoño que le corresponde a abril, y cuidado! no confundamos de sujeto. En esta parte del otoño es cuando se hace más difícil encontrar tiempo, pero a la vez eso nos deja menos en qué pensar.
Ya me cansé de todo mi defecto.
Me atragante el caramelo envuelto.
No puedo mas con tantos sube y baja,
Cerca de ti estoy en desventaja.
Ya me aprendí el cuento de memoria,
Ya recorrí toda tu trayectoria.
No cambiarás, el mal no tiene cura.
Me marcho en paz, te dejo con locura.
Y yo me voy, adiós, me fui y no me importa.
Nada me detiene aquí, la vida es corta.
En avión, por tren, por mar, por lo que sea,
Estoy feliz de haber perdido la pelea.
Y te quedas con mi firma en la libreta,
Yo me llevo el corazón en la maleta.
Ya me saqué la piedra del zapato,
Ya me olvidé el nombre de tu gato
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